Alma tiene 5 años y concurre al Jardín Trigales N° 111 de la zona este de la ciudad de San Genaro. En la institución, las docentes hallaron a una paloma malherida y la pequeña no dudó en llevarla a su hogar para que sea atendida.
Luciana es tía de Alma, colaboradora del grupo de Voluntarios San Roque compuesto por vecinos que día a día trabajan sin fines de lucro por el bienestar animal y habló con Info Más sobre lo ocurrido este lunes.
Su sobrina le dijo a sus seños que su tía iba a curar a la paloma como lo hizo en otras dos oportunidades, por lo cual, con mucho cuidado la llevó a su hogar. Sin embargo, las heridas son de gravedad para el animal, lastimado posiblemente con una gomera o un rifle.
La veterinaria Analía Broda pudo atenderla, le colocó corticoides inyectables y brindó antibióticos para ponerle en el agua. Lamentablemente, su vida corre peligro y sólo puede alimentarse siendo asistida.
La paloma, de la especie picazuró, tiene fractura expuesta de los huesos del ala, puede tener daño en los pulmones y morir sin poder respirar. Por su parte, en caso de que sobreviva, nunca va a poder volver a volar.
“Estas son las consecuencias de un rato de “diversión” esto se logra comprando gomeras o rifles para que los chicos se “entretengan” y lo peor de todo es que están tirando cerca del jardín de infantes. Hoy fue esa pobre palomita, algún día podria ser un niño”, lamentó Luciana.
Ante esto, en medio de la sensibilidad de Alma por querer ayudar al animal, se llama a la toma de conciencia para quien los daña y causan un profundo sufrimiento. “La gomera o el rifle no son juguetes, son armas”, agregó.
“Le expliqué a Alma que quizás la paloma no sobreviva”, lamentó Luciana quien atiende de cerca y con amor a su débil paciente.
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