El pasado domingo a las 7 de la mañana, un accidente sobre Ruta 34 involucró a un auto y un colectivo. El conductor del menor vehículo perdió la vida y los pasajeros del micro, recibieron contención tras el difícil momento en una iglesia de San Genaro a la espera de otro transporte que los lleve a destino.
El Pastor Ruben Saltor y su grupo de la iglesia Dios es Amor, no dudaron en brindar asilo a las más de 40 personas que habían quedado a la deriva sobre la Ruta 34 en medio de un shock emocional tras lo vivido y luego de ser auxiliados por bomberos voluntarios, personal policial y de salud.
En diálogo con Info Más, Rubén relató lo ocurrido ese domingo cuando cerca de las 7 escuchó la sirena de bomberos. “Yo todavía estaba acostado, algo me dijo que había pasado algo. A los pocos minutos me llamó la secretaria de gobierno para decirme que había ocurrido un trágico accidente a pocos kilómetros de la entrada de San Genaro. Me preguntó si podíamos albergar a la gente del colectivo a la espera del otro micro”.
Sin perder tiempo, se pusieron rápidamente en campaña con la comunidad de la iglesia. “En un ratito teníamos un pequeño ejército de personas de la iglesia que se acercaron a acompañar a las personas y ayudarlos. Se les preparó el desayuno, almuerzo y estuvieron con nosotros desde las 8 hasta las 15”, contó Rubén.
En cuanto a sus sensaciones al poder brindar su ayuda junto al resto de su gente, expuso: “Para nosotros fue una alegría y un privilegio el saber que pudimos ayudar a quienes estaban en una situación difícil. Consideramos que es nuestra misión. La iglesia no está solo para juntarnos y estar bien entre nosotros sino que tenemos conciencia que hay mucha necesidad en la comunidad y cosas como estas nos llevan a que podamos brindar nuestro apoyo que es por lo cual estamos. Sentimos que tiene sentido el poder tener un edificio, tener ciertas comodidades, es una alegría saber que uno lo usa para ayudar al prójimo. Fue una experiencia muy positiva”.
En relación a las personas asistidas, aseguró que estaban muy asustadas pero poco a poco, y con el apoyo de la gente del lugar, lograron sobrellevar el mal momento. “A medida que pasaba el tiempo no sólo entre ellos se iban comunicando sino con la gente de la iglesia que fue brindando apoyo, charlando con ellos. En un momento determinado estaban involucrados en la cocina, nos agradecían, no tenían palabra para manifestar lo que sentían. Hasta intercambiaron números de teléfonos”, recordó.
No es la primera vez que la iglesia brinda asistencia a los necesitados. El pastor Rubén también hizo mención a otras ocasiones de siniestros o inundación. “Siempre tratamos de estar presentes en la comunidad. La iglesia cumple 90 años en este 2019. Gracias a Dios es toda una vida y un reconocimiento en la sociedad muy grande”, sostuvo.
Por último, contó sobre un mensaje que llegó a su celular el lunes después del accidente por parte de un chofer de la empresa del colectivo involucrado en el hecho. “Me escribió un chofer de la empresa a quien no conozco agradeciéndome todo lo que habíamos hecho por sus compañeros y la gente del viaje. Para mi fue una emoción. Yo les agradecí a la gente de la iglesia porque todo el grupo ayudó, yo sólo no hubiera podido hacer nada”, reconoció Rubén.