La situación de la Colonia Psiquiátrica de Oliveros se agrava día a día. Todas las consecuencias derivan de la falta de fondos que deberían llegar desde el gobierno provincial, desde hace seis meses a la fecha. Falta de insumos, superpoblación, deterioro edilicio y falta de personal, son algunas de las deficiencias que enumeran los trabajadores.
Las últimas horas han sido candentes puertas adentro de la institución a tal punto que un grupo de enfermeros propuso prohibir el ingreso de más pacientes. No obstante, desde el gremio UPCN rechazaron esto y piden que el Consejo de Administración se haga responsable de sacar a flote al nosocomio.
En una misiva dirigida a los directivos de la Colonia, los delegados del mencionado gremio enumeraron los problemas que se padecen. El más grave es la falta de insumos y medicamentos: denunciaron la falta de provisión de elementos vitales como gasas, sueros, medicamentos específicos para tratamientos de salud mental e incluso también elementos de higiene personal como jabón, shampoo y papel higiénico.
En otro punto, remarcan la falta de personal, los trámites de suplencias no autorizados por el Ministerio de Salud y la sobrecarga de horas en los trabajadores del staff, generando un caudal de horas compensatorias que nunca son devueltas reglamentariamente.
Por último pusieron atención también en la estructura edilicia, la cuál en general muestra signos de deterioro progresivo, faltan colchones, sábanas, frazadas y ventiladores y la provisión de gas se encuentra interrumpida en diversos sectores de la Colonia.
“El flujo de fondos por parte de la administración central viene disminuyendo desde mediados de año, llevando la realidad de la Colonia a un “cuello de botella”, absolutamente previsible y evitable. Es consecuencia de la impericia de una gestión que deja a la institución al límite de su capacidad para continuar funcionando, encabezada por el gobierno saliente”, remarcan en el comunicado.
Vale destacar que también en los últimos días la Colonia Psiquiátrica fue noticia dos veces por la fuga de detenidos con prisión preventiva que están alojados allí bajo tratamiento psiquiátrico y con custodia del Servicio Penitenciario de Santa Fe.
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