La historia solidaria de Gabriel y Santino en Oliveros siguió su curso y ellos son felices ayudando a sus vecinos. Días atrás pusieron en venta sus bicicletas que usaban los días de lluvia para divertirse, con la idea de comprar alimentos y donarlos a familias carenciadas de su pueblo que con la cuarentena se han visto muy perjudicados.
A la par de eso comenzaron a recibir mercadería y una propuesta de un hombre llegó desde Rosario. Hugo tiene cabañas en la zona y se emocionó con la movida que armaron los pequeños de 9 y 6 años.
Llegó hasta la casa de ellos con una gran cantidad de mercadería para armar bolsones y se llevó las bicicletas, que serán donadas a niños del norte de la provincia que no tienen medios para ir a la escuela. Vale aclarar que los oliverenses no se quedarán sin bicis, porque tienen otras para moverse.
Así los chicos, con ayuda de su mamá Rosana, armaron las bolsas llenas de mercadería y en los próximos días las repartirán entre sus vecinos que más lo necesitan.
Un movimiento de amor y empatía que llega desde los más chicos y nos deja muchas enseñanzas en medio de un contexto demasiado complejo para todos. Ellos no están yendo a la escuela, pero supieron aprovechar su tiempo y mientras hacen la tarea, aportan su granito para mejorar el mundo.
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