Este domingo se celebró en Timbúes un culto evangélico de la Comunidad Redentor pero todo terminó mal. Los seguidores fueron desalojados del local por la Guardia Urbana comunal y estalló la polémica.
Es que de acuerdo al último protocolo provincial anunciado por el gobernador Omar Perotti, está permitido realizar este tipo de celebraciones religiosas bajo protocolo y con no más de 30 personas presentes.
No obstante, por ordenanza, la Comuna de Timbúes las prohibió. De hecho fueron comunicadas en el último parte brindado a la comunidad por el presidente comunal Amaro González.
Fue así que los empleados comunales junto a la policía desalojaron el lugar donde había aproximadamente 10 personas orando junto al pastor Edwin Jenkins, quien quiso evitar que se interrumpa el culto.
Fue así que la misa terminó de manera intempestiva y desató el enojo de la Comunidad Redentor que repudió el accionar. Sin embargo, cada localidad tiene la potestad de habilitar actividades y en este caso, no estaba autorizada.
Vale destacar que Comunidad Redentor también ha tenido problemas al querer realizar un culto en Carrizales días atrás, donde fueron impedidos de realizarlo en el pueblo, por lo que decidieron reunirse en medio de la ruta.
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