Cada mañana ocurre lo mismo: los pocos colectivos interurbanos que transitan por la región lucen llenos de trabajadores y personas que viajan por diferentes necesidades.
Una postal que se puede observar en los micros de Rosario Bus que cubren el trayecto entre Rosario y Pueblo Andino. La poca frecuencia y la habilitación de nuevos rubros hacen que las personas deban viajar amuchadas en plena pandemia.
Las imágenes son claras: se viaja parado y a pesar de que todos llevan puesto su barbijo, no hay distanciamiento, se respira el mismo aire y hay demasiado contacto. Todo lo contrario a los protocolos establecidos.
Mientras tanto, no se habilitan a las empresas que realizan trayectos de más de 60 kilómetros, que ayudaría a descongestionar esta problemática, sobre todo sobre la Ruta 11.
Firmas como Tata Rápido o Galvense no pueden transitar desde el 20 de marzo cuando comenzó la cuantentena y están reclamando por la reapertura que por ahora no llega.
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