Se cumplen 45 años del último golpe cívico militar que vivió nuestro país y hace más de una década, el Equipo Argentino de Antropología Forense (Eaaf) dilucidó por completo el misterio de los tres jóvenes que, en septiembre de 1976, habían aparecido acribillados a balazos en la zona rural de Barrancas.
Dos de esos cuerpos fueron sepultados en el cementerio de Barrancas como NN, donde estuvieron 32 años, hasta su exhumación en 2008. El tercero terminó sepultado en el cementerio de Santa Fe, también como NN, y es el que se acaba de identificar.
El 8 de marzo de 2010 el equipo de antropología forense concluyó que los restos desenterrados en la necrópolis de Barrancas eran los de Roberto Enrique De Vicenzo y Rubén Forteaga.
El 27 de septiembre de 1976 fue un día fatídico en Rosario. Cinco militantes del peronismo revolucionario cayeron en pocas horas en poder de los grupos de tareas que comandaba el gendarme Agustín Feced: a la mañana son secuestrados la esposa de De Vicenzo, Miriam Susana Moro, y un compañero de militancia de ésta, Antonio Angel López. Por la tarde fueron chupados De Vicenzo, Forteaga y Bouvier, se cree que en cercanías al frigorífico Swift.
Moro y López habían salido a volantear en una moto por el sur de Rosario. Los fusilaron y los dejaron en un camino rural santafesino. Los cuerpos aparecieron 48 horas después del secuestro, el 29 de septiembre de 1976, en una ruta que va a Armstrong, entre Chabás y Bigand. Los inhumaron como NN en el cementerio municipal de Casilda.
La esposa de López recuperó el cuerpo de su esposo en 1979: había sido asesinado de un balazo en la nuca. Pero la familia de Miriam, aunque nunca pudo recuperar sus restos, tuvo certeza de su destino tras la recuperación de la democracia, en 1983. La joven tenía 24 años, dos hijos: uno de casi dos años y otro de siete meses y estaba embarazada del tercero, de cuatro meses. Le dispararon doce balazos por la espalda.
Veinticuatro horas después de la escalada de secuestros en Rosario, aparecieron acribillados los cuerpos de tres jóvenes en la zona rural de Barrancas. A más de treinta años del hallazgo de los cuerpos por campesinos, los trabajos de identificación del Eaaf permitieron detectar que los NN del cementerio de Barrancas eran De Vicenzo y Forteaga.