Un profesor develó los terribles secretos de la dictadura en Monje y la región

Las historias que parecen sacadas de una película de terror fueron relatadas por un vecino de Monje, Norberto Sola. Es profesor de historia y siendo muy chico, el relato de una pareja lo impactó de tal forma que llegó a conocer las mayores atrocidades de la dictadura en la región como Monje, Maciel y Diaz, entre otras.

En el programa radial de la capital provincial, “Un viejo sin Vo-z”, Sola contó que corría el año 86 u 87. En ese momento, aproximadamente cuanto tenía 10 años, un auto se detuvo frente a su casa, en Monje. Era una pareja junto a dos niños preguntando por una vivienda que se encontraba en el campo de enfrente.

A su vez, indicaron que eran novios en la época de la dictadura,  que fueron secuestrados de la Universidad de Humanidades en Rosario y trasladados una madrugada a Monje en un camión del ejército. Dijeron que fueron tirados en un gallinero y después en un sótano.

Más allá de permanecer vendados, pudieron conocer donde estaban debido a la propaladora que anunciaba las misas de los domingos y las fiestas vacas en el mes de octubre.  Con el tiempo, ambos fueron liberados. Esa historia caló hondo en aquel niño que nunca la olvidó y si bien no volvió a saber de aquella pareja, comenzó a  investigar porque en Monje “pasaron cosas”, le aseguró tiempo después una docente.

Poco a poco fue recabando testimonios de vecinos que entre el miedo aún latente fueron dando pistas. “Mi padre fue quien identificó el lugar, el veía los movimientos raros de noche, los famosos Falcon, gente encapuchada. La casa no era frente a la mía, sino otra del otro lado del pueblo, en la Ruta 11 y 65, yendo hacia Diaz, perteneciente a un tal Rodríguez que un día llegó al pueblo y tenía un  pequeño tambo”.

Su relato llegó hasta el Museo de la Memoria, donde pudo contar lo que aquella pareja le había expresado años atrás y fue allí donde descubrió el testimonio de otro sobreviviente que decía exactamente lo mismo. “Ahí yo empecé a ponerle nombre a las cosas y que los hechos eran fehacientes”, manifestó.

¿Quién era Rodríguez?

De acuerdo a las averiguaciones del profesor, Rodríguez pertenecía al servicio de inteligencia. Tenia una fachada que era venta de leche y huevos pero tenia un cabaret/whiskería en Rosario por calle Maipú al 700. En el año 79  el cabaret se incendió, murieron unas 15 personas y cuando esto salió en la prensa, Rodríguez desapareció de Monje.

La casa que habitaba quedó hipotecada. La compró otro hombre que nada tenía con la historia del lugar. Sin embargo, a los pocos días, Rodríguez volvió. “Solicitaba lo que había adentro. Cuando yo entrevisté a la persona que vive en esa casa me dijo que había colchones, ropa y sobre todo fotos de personas y mucha documentación con membretes del ejército y de Chile, Brasil y Paraguay. Primero enterró el material pero como Rodríguez insistía lo quemó todo”.

Sobre el local incendiado el 5 de diciembre de 1979, llamado Rilke II, según las pericias policiales de la época, el siniestro fue originado por una persona que arrojó sobre todo el frente del bar nafta, cerca de las 5 aAM., esto hizo que el fuego se propagase muy rápido debido a las cortinas y muebles de madera que se encontraban en la entrada imposibilitando escapar a las personas que murieron asfixiadas en esa trampa mortal. Las causas del porque del incendio nunca se supieron con certeza, se supuso que se debió a un ajuste de cuentas.

La cremería abandonada entre Monje  y Barrancas:

Una mujer relató sobre un episodio en el cual aseguró ver a un chico semidesnudo corriendo. “Sabía que en la cremería se escuchaban gritos, disparos…. yo hice un croquis de todos los campos y rutas de la zona”, indicó Sola.

Así pudo saber que la casa de Rodríguez no está muy distante de la Cremería. “Mi sorpresa fue mayúscula cuando en la causa Guerrieri en Rosario, el tucumano Constanzo que articulaba en grupos de tarea, dijo en su  declaración ‘recuerdo los  27 que mandamos a matar a Monje al chalet de Rodríguez y se sepultaban en los campos de Rolón’.

Sola indicó que Rolón era una persona del ejército y sus campos estaban en Laguna Paiva. En un artículo publicado por el diario El Litoral figura que la Justicia pudo establecer que “la disposición final de los 27 detenidos se hizo en Monje con inyecciones letales”. Entre ellos Gustavo Pon, un joven asesinado con ese método durante la última dictadura y enterrado en un campo del Ejército  en proximidades de la ciudad de Laguna Paiva.

“Siempre se dijo que en la cremería había más de 30 cuerpos enterrados. Me llegan comentarios de policías retirados, otro de que un policía se encontró en la comisaria de Monje a la madrugada a Galtieri, en ese momento era jefe del batallón 121 de Rosario”, indicó.

En otro pasar de la nota, contó sobre otros centros clandestinos en la región durante el Mundial 78 y excuso: ” Había que descomprimir las comisarias de Rosario, que era sede del mundial. Esos detenidos clandestinos iban a parar a lugares de la zona”.

Entre ellos detalló La Calamita en Baigorria, La Intermedia entre Timbúes y Oliveros, una casa de un fin de semana de un militar en La Ribera, otra casa detrás del hospital de Maciel, la sede de Prefectura Naval en Gaboto, la mencionada casa de Monje y la Cremería entre Monje y Barrancas. “Los tenían un tiempo, algunos eran liberados y de otros no se supo mas nada”, afirmó.

Maciel:

Un día, Sola fue llamado del Museo de la Memoria. Allí leyó la declaración de un sobreviviente y pudo advertir que esa persona no estuvo secuestrada en Monje, sino en Maciel.

“Declaró que bajaron por un acceso de autopista, en ese momento Monje no tenía acceso, que entró a la Ruta 11 en cuña hacia un pueblo. Hablaba que llegó a una casa, no hablaba de sótanos. Investigando con conocidos, me contaron que en esa casa siempre había movimientos extraños y que entraba y salía Prefectura de Gaboto. Esa casa a la vuelta tiene un camino de tierra que da a Gaboto, los vecinos siempre sospecharon. Ahí descubrimos otro centro clandestino”, replicó.

El sobreviviente relató que todo las mañanas escuchaba el sonido de un silbato que llamaba obreros a trabajar, Maciel en ese momento tenía el frigorífico y el Molino. Ahí se va diagramando todo. “Si algo saben los militares es planificar. Hasta podían bajar gente a la isla de Gaboto y prefectura los traía al puerto, tenían un circuito diagramado. La policía tenía orden de la jefatura de Coronda de no intervenir”, manifestó.

Díaz:

“Está el famoso enfrentamiento, hasta hay un puente que lleva el nombre del puente de los subversivos. Que ahí mataron a una treintena de personas”, contó Sola.

Un día un puestero vio gente deambulando en la zona de la cañada y dio aviso a la policía y la policía comunicó la información al ejército. Los grupos de tarea llevaron a un policía al lugar por el hecho de que conocía la zona.

“Este policía habla de que había una guerra, pero que no pudo festejar nunca más el día de la madre porque el enfrentamiento fue un día antes y  a él le quedó una terrible imagen de una mujer  embarazada que quedó enganchada en los alambrados y una ráfaga de FAL (fusil) le abrió el vientre. Por eso no pudo saludar a su madre al otro día ni festejar nunca más el día de la madre”, relató.

Por su parte, indicó que durante la madrugada lo despertaban para hacer un operativo el cual consistía en secuestrar gente. “Muchos jóvenes empezaron a disparar a los pueblos y ahí los atrapaban. La orden era exterminar a la subversión, no capturar para enjuiciar. Estaban convencidos que estaban ante una guerra”, contó el historiador.

 

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