El financista Luis Herrera fue detenido en la mañana de este martes, junto con sus dos hijos, investigado por millonarias estafas a partir de su default ocurrido en septiembre del año pasado. La policía irrumpió en una vivienda de Timbúes y otra de Rosario y quedó a disposición de la justicia.
Las detenciones, pedidas por el fiscal Miguel Moreno, se realizaron junto con una serie de allanamientos en sus domicilios particulares (en barrio Alberdi, adonde vive, y en Timbúes, sobre calle Carlos Gardel , adonde fijó residencia) y profesionales a partir de las 7 de la mañana. Incluso, una dirección mal registrada demoró el inicio de las acciones judiciales.
Herrera acumula más de 60 denuncias penales en su contra de inversores por algo más de 10 millones de dólares. También tiene otra tanda de denuncias en la Justicia civil. En círculos financieros se estima que su deuda es, como mínimo, de 30 millones de dólares.
El fiscal Moreno, a cargo de la Unidad Especial de Delitos Económicos Complejos, comentó: “Los delitos que buscamos imputarle a Herrera son el de estafa, administración fraudulenta, lavado de activos y asociación ilícita”.
Sus hijos también quedaron detenidos por ser parte del negocio y este jueves tendrá la audiencia imputativa. Su defensa penal está a cargo del abogado Jorge Ihlarrescondo, quien esta mañana señaló: “Herrera no cometió estafas sino que tuvo contingencias económicas”, y se quejó de la prisión preventiva. “No hay razones jurídicas”, aseguró.
En rigor, Herrera vivía en Rosario pero al verse que se le complicaba el frente penal, fijo residencial en una quinta en Timbués. Y es que, por su edad, puede acceder a prisión domiciliaria. Fue así que en los últimos días estuvo acondicionando su casa para una posible larga estadía.
La semana pasada, el fiscal Moreno terminó de redactar las imputaciones al recibir los últimos informes encargados a autoridades bursátiles de Argentina y del exterior. Y si bien la detención parecía cantada desde hace meses -por la acumulación de denuncias y la falta de respuestas de Herrera- los fiscales también lo dejaron correr mucho (a sabiendas de que no parecía querer fugarse) para darle el tiempo suficiente para que logre un entendimiento con sus acreedores, indicó el medio Rosario3.
Los últimos movimientos de Herrera fueron en línea de buscar un juicio abreviado, que le reduzca la pena, pero para eso debía hacer frente a las deudas que le reclamaban penalmente (1/3 del total), con miras a canalizar el resto vía convocatoria de acreedores, lo que le significaría un gran alivio porque el grueso de ese pasivo no estaba registrado y se le iba a ser muy difícil a los ahorristas cobrarlo.
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