Familiares, amigos y vecinos se manifestaron este viernes por la tarde en la plaza central de Puerto Gaboto para pedir a la Justicia que avale el pedido para que los dos abusadores que fueron liberados no vivan en la localidad. “Tenemos miedo”, sintetizó Iara, la mayor de las hermanas abusadas por tíos y padrino.
Esta masiva concurrencia ocurrió luego de que el pasado martes 16 quedaran libres Alberto Gastón Iglesias y a Gastón Acuña absueltos por “prescripción de la ley penal”, por los delitos sexuales cometidos contra Iara P, Bianca P, y Vanesa P.. Es decir, fueron encontrados culpables de los delitos en primera instancia, pero por el tiempo transcurrido y la ley vigente al momento de cometer los actos, no se los puede juzgar.
Eso generó una gran conmoción en la comunidad ya que los abusadores volvieron al pueblo y viven a pocas cuadras de sus víctimas. “Comprobados los hechos que realmente ocurrieron después de las audiencias de debate, se aplicó una ley anterior a la del 2015, que era la que prevé que los delitos contra la integridad sexual, la prescripción empiece a correr desde que la víctima alcance la mayoría de edad o desde la denuncia. Las tres personas están condenadas”, sostuvo Sebastián Darrichón, abogado querellante.
Ahora la lucha está centrada en que los liberados no puedan estar en Gaboto, en contacto con sus víctimas. “Es un pueblo muy chico, hay una sola escuela primaria, una sola secundaria, un solo jardín, un solo club, y hay una multiplicidad de víctimas, lo que vamos a pedir es una especie de acción colectiva que no está prevista en el código, sino que es una “Creación Pretoriana”, que es cuando los jueces van un poco más allá de la ley, en función de la justicia, por el pedido de las partes, y se está congregando el pueblo, pidiendo una medida conjunta para conseguir una restricción de acercamiento. Esa restricción de acercamiento implica que no puedan estar en la localidad. Podrá salir o no, pero ese es el trabajo que estamos haciendo y el objetivo que vamos a llevar adelante”, agregó el abogado.
Por su parte, y con mucha valentía, Iara, víctima de abusos, encabezó esta marcha junto a su madre. “En realidad lo que vemos es que no hay justicia. Si bien recibimos una respuesta que fue un alivio para todos nosotros que lo estamos pasando, esto no es justicia, la ley de prescripción en el tiempo arruina vidas. Las veo a mis hermanas que están mal, yo estoy con miedo, vivimos todos en el mismo pueblo. Se torna muy compleja la situación y realmente muy triste porque es intrafamiliar, como todos saben. Y más allá de todo, sabemos que de las dos partes hay sufrimiento”, sostuvo.
En ese sentido, agradeció el apoyo de sus vecinos y amigos que se sumaron al pedido de la familia y aportaron su firma para esta acción colectiva. “Toda la gente entiende esta disposición, todos nos apoyan, todos nos acompañan, entienden el pedido, el pedido sano para todos, para poder seguir viviendo”, deslizó.
Por último, dejó un mensaje para todas las víctimas sobre la importancia de visibilizar y dar lucha ante los abusos sexuales: “Mi consejo es que hablen. Es difícil, es muy difícil. Tal vez desde la justicia y desde los equipos nos dicen que hay acompañamiento, que lo hay, pero los que realmente tenemos que hablar y los que realmente tenemos que atravesar esto, entendemos durante el proceso lo difícil que es, pero más difícil es no hablar y cargar con todo eso el resto de la vida. Le pido a la Justicia que nos escuche. Me los mandaron a cinco cuadras de mi casa. Espero que se solucione y que realmente se tomen cartas en el asunto. Y no solo en nuestro caso, hay un montón de casos, tanto de hombres como mujeres, de niños, de niñas, que estamos pasando por lo mismo y que tenemos que salir a la calle a hacer esto, porque es la respuesta que nos dan”.