Carrizales: cerró la única fábrica de asientos de bicicleta del país

Un triste adiós puso el punto final de una histórica PYME de la localidad de Carrizales. Las puertas de la empresa que realizaba asientos de bicicletas cerró este miércoles, tras casi 60 años de trabajo de forma ininterrumpida y 12 personas quedaron sin su fuente laboral. “Me siento destruido”, aseguró Rogelio, uno de los dueños.

Aún con la tristeza a flor de piel, a él le cuesta hablar en pasado de “El Miguelito” y expresó: “Somos una Pyme industrial, compramos la materia prima y hacemos el producto desde cero”. Lo cierto es que eso que nació en 1968 y que actualmente tenía como socios a Rogelio Bella y Juan Moscarola, hoy ya no existe.

“No hace falta ser una empresa grande para ser una gran empresa”, era la filosofía de aquellos que lograron llegar con sus productos desde el local ubicado en Av. San Martín 686, a todos los puntos del país, con clientes desde Jujuy hasta Santa Cruz.

“Desde el 2015 para acá venimos sufriendo  los embates de una política económica que ha decidido ir por otros caminos. En diciembre la brutal devaluación que aplicó el gobierno a nosotros nos dejó fuera de competencia. En la época del año en la que más teníamos que vender porque para el rubro de la bicicleta, Navidad o Reyes, son fechas importantes, se nos cayeron todas las ventas. Tuvimos que reventar mercadería vendiéndola a un 50% del costo para poder pagar sueldos y aguinaldos. En el mes de enero prácticamente no trabajamos y desde febrero para acá hicimos un convenio con los empleados para trabajar cuatro horas, tres días a la semana, esperando algún milagro que nos permitiera subsistir, que fuera una nueva ola a surfear, y el milagro no llegó”, lamentó en diálogo con Info Más.

Hoy en día, la empresa de la localidad de Carrizales ya no cuenta con dinero para pagar la materia prima ni los sueldos. “No tenemos más espalda nosotros como dueños para sacar de otro lugar y tirar un poco más. Mi viejo en los 90 lo hizo, vendió un pedazo de campo para sostener la fábrica porque el creía, como yo también lo creo, que es importante sostener las fuentes de trabajo en el pueblo y tuvimos que tomar la determinación de cerrar, básicamente, porque no tenemos ventas”, contó.

El equilibrio de la PYME era vender alrededor de 7 a 8 mil unidades mensuales, pero en todo lo que va del 2024, no lograron llegar a ese número. “No somos magos, aguantamos lo que más pudimos. Hoy (miércoles) a las 12 del mediodía, los muchachos se retiraron, se cerraron las puertas por última vez y se apagaron las máquinas”, expresó con desolación.

“En algun punto uno se siente un fracasado, a mi se me fue mi viejo el año pasado y siento que se me fue la conexión que tuve durante tantos años con mi padre, el legado que me había dejado. Esto lo empezó hace más de 50 en una piecita de su casa y hoy me tocó a mi bajar las persianas”, manifestó.

12 PERSONAS BUSCAN NUEVOS PUESTOS DE TRABAJO

Rogelio tiene 45 años y dos hijas, que cumplirán 15 y 12 años. El esfuerzo de su padre Hugo años atrás, hizo que su hijo tenga una profesión, con un título técnico que lo habilita a dar clases, y ser el sustento de su familia.

Sin embargo, 12 vecinos de Carrizales quedaron desempleados. Con profundo pesar expresó: “Me tuve que parar adelante de 12 personas para decirles que las dejaba sin trabajo. En Clarke nos conocemos todos, hay gente que me vio aprender a caminar en la fábrica, que me tuvo en brazos y yo les tuve que  decir que las dejaba sin trabajo. Me siento destruído, a uno le quitan la dignidad estas cosas, no se las deseo ni a mi peor enemigo”.

En medio de su tristeza, tiene un claro objetivo y es que esas personas, consigan un nuevo trabajo.  “Si hay alguien o alguna pyme que le este yendo un poco mejor, o alguien que tenga algun laburo para dar en la zona, que piensen que acá en Clarke quedó gente acostumbrada a laburar, que laburó toda su vida y hoy se está quedando sin su sustento. Si alguien puede dar una mano, yo puedo dar referencia de la gente, es lo que más me preocupa en este momento, poder resolverles a ellos, darles una mano a ellos que son los mas débiles de esta cadena”, remarcó.

Por su parte, desde la empresa, venderán el capital de trabajo para poder indemnizarlos. “No los vamos a dejar tirados.  No somos empresarios que pusimos la plata en otro lado, que tenemos 15 departamentos en Rosario, que vivimos de rentas y decidimos cerrar porque no tenemos más ganas. Realmente la palabra es que nos fundimos y nos quedamos en la lona”, relató.

“EL MIGUELITO” TRABAJÓ SIN DESCANSO DESDE 1968

Situaciones difíciles fueron muchas, pero siempre pudieron levantarse de las caídas.  “Nunca cerramos las puertas, aunque mi viejo las pasó todas. Lo he visto llegar a mi casa llorando en los 90/2000 porque volvía sin poder vender un solo asiento y no podía bancarnos a nosotros, sus hijos”.

Pese a todo, Rogelio pudo estudiar y recibirse en Gálvez, lo que hoy en día es su fuente de trabajo.  “Yo veía la desesperación de mi viejo de no tener un mango para darme pero seguíamos adelante. Nos salvó en su momento Duhalde, nosotros tuvimos los mejores años de la fábrica de la mano de Néstor y Cristina,  nosotros crecimos, nuestros empleados se hicieron su casa, compraron sus autos en esa época, estábamos mucho mejor. y después empezó otra vez la decadencia y llegamos a este punto que se nos hizo de no retorno, de no poder seguir. Hay que lucharla por la familia”, concluyó.

HISTORIA REFLEJADA EN SU WEB:

En el año 1968 Hugo Bella recibió unas máquinas tras un intento fallido de instalar una fábrica de zapatos por parte de un amigo al que le había salido de garantía para la compra de las mismas. Después de algunos experimentos y consultas en diferentes mercados, descubrió que podía hacer asientos de bicicleta o para ser más explícito en realidad tapas de caucho para los asientos de acero que eran los existentes en la época (DuroDe, Trivilín). Estas tapas se hacían tapizadas de diferentes formas; por ejemplo: con banderines alegóricos de clubes de fútbol, con cuerinas de colores combinados, con flecos en los costados, etc. Así nació “Tapicería El Miguelito” en Carrizales, Santa Fe. Miguel, quién fue el primer adquiriente de las máquinas y no pudo sostener el emprendimiento de los zapatos, fue inmortalizado en el nombre que, al día de hoy, reconoce a la Empresa.

En una primera etapa Hugo vinculó a toda su familia en el emprendimiento. Así fue que su madre, su novia de entonces, esposa luego y hasta su padre se sentaban frente a la máquina de coser a manufacturar los pedidos.

Cuando el proyecto comenzó a crecer, ya se mudó de la casa familiar a un taller ubicado en otro inmueble del Pueblo. Allí José Moscarola, que trabajaba en el almacén de ramos generales del Pueblo le presentó un día la inquietud a Hugo de ser parte del proyecto. José comienza a formar parte de la empresa por un tiempo como empleado y, luego le propone a Hugo conformar una sociedad invitando también a sus hermanos a ser parte de la misma. Así fue que se crea la Sociedad Hugo Bella y Moscarola Hnos en el año 1974 que continuó con el proyecto hasta el año 1989. Esta sociedad como tal, también incursionó en el mercado de los muebles con una Mueblería en la localidad de Carrizales y otra en la ciudad de Totoras. Al día de hoy esa parte del negocio ya no se encuentra vinculado a la Empresa.

En los 90, con el advenimiento de la ola de importaciones, comenzaron a ingresar asientos de bicicletas desde el exterior compuestos, a diferencia de lo existente hasta el momento en el mercado argentino, por su base de plástico y funda de PVC. La tapa de caucho que se fabricaba hasta ese momento se volvía, de repente, obsoleta y había que tomar la determinación de una restructuración tecnológica de la Empresa para adaptarse a los nuevos tiempos. Fue así que, Hugo y José deciden hacer algunos aportes de capital para poder hacerse de la nueva maquinaria y matricería necesaria para el desafío y, también, se produce el alejamiento de el resto de los socios de la Firma.

En la actualidad, quienes están a cargo de la Empresa son Juan Moscarola, hijo de José, y Rogelio Bella, hijo de Hugo, precursor de la empresa. Al día de hoy Bicipartes El Miguelito es la única empresa de la Argentina que se ha mantenido a lo largo de más de 50 años de historia fabricando y distribuyendo en todo el país asientos de bicicletas y, gracias a esto, tiene una fuerte presencia en el mercado nacional de su rubro.

La principal misión de la Empresa en el transcurso de los años ha sido la de generar y mantener puestos laborales para nuestra pequeña localidad que cuenta hoy en día con no más de 1100 habitantes. Muchos han sido los empleados que han pasado y dejado su huella en la Empresa con el transcurso de más de 50 años de historia. Bicipartes El Miguelito siempre ha sido generadora de primeras oportunidades laborales para jóvenes de su Pueblo. Muchos de ellos han desplegado sus alas y marchado a un mejor futuro, otros todavía permanecen siendo parte de la familia “El Miguelito”.

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