Incontables vecinos de Maciel recibieron llamados extorsivos en la noche de este jueves. Los delincuentes simulaban ser familiares que estaban secuestrados o habían sufrido accidentes, y pedían dinero.
Por el momento, se desconoce si alguna de las víctimas cayó en la trampa. Algunas de ellas, en redes sociales y Whatsapp, comenzaron a advertir sobre la situación que se replicaba en viviendas, e incluso, se dio aviso al personal policial.
La modalidad se inicia a partir de una llamada telefónica en la que se simula el secuestro de un familiar o conocido de la persona que atiende el teléfono, con la finalidad de forzar la entrega de dinero u otros objetos de valor como “rescate”.
A diferencia de los secuestros reales, nadie se encuentra privado de la libertad ni corre riesgo físico alguno. En estos casos, la víctima es la persona que recibe la llamada telefónica.
Algunas características de la modalidad delictiva
*El autor de este delito se comunica telefónicamente con la víctima que recibe el llamado y simula el secuestro de un familiar o conocido.
*La mayoría de estos llamados son realizados por varones, a teléfonos fijos, y se registran entre la medianoche y las 5 de la mañana.
*La persona que realiza la llamada conoce datos mínimos de quien atiende el teléfono: puede saber su nombre, las características de la fachada de su vivienda o del barrio. En cambio, suele carecer de datos precisos sobre la persona cuyo secuestro aparenta, por eso se encuentra especialmente atenta a que la víctima se los proporcione.
*Quien realiza la llamada intenta que no se corte la comunicación para no darle a la víctima la oportunidad de chequear la situación de la persona cuya emergencia se simula.
*En muchos casos, la víctima que recibe la llamada tiene la sensación de escuchar la verdadera voz de un familiar o conocido que le pide auxilio.
*Usualmente se solicita el pago del “rescate” en las inmediaciones del domicilio de la víctima.
*En la gran mayoría de los casos se simula directamente un secuestro, pero puede ocurrir que el engaño comience con el supuesto accidente de un familiar o allegado. En estos casos, se finge llamar desde un hospital o comisaría para lograr obtener más información, y después se exige el pago de un “rescate”.
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