Cacho es un perro mestizo que tiempo atrás fue atropellado y lo llevaron para su atención a la veterinaria. De ahí en más, quedó bajo el cuidado de la profesional porque nadie se hizo cargo de él.
Alejandra Pizzolito lo atendió y se ocupó de su recuperación tras el accidente. Realizaron estudios, fisioterapia y hasta acumpuntura. Además, se le hizo un carro para que pueda volver a caminar con la ayuda de Nancy Díaz.
Ese carro es hoy su medio de movilidad pero Cacho vive entre las paredes de la veterinaria y necesita espacio, preferentemente una casa con patio amplio y pasto. Para la familia que tenga cariño y sea responsable en cuidarlo, Alejandra expresó que se ocupará de proveer el alimento.
“Yo no lo quería dar, pero en la veterinaria no tiene vida, es para que él tenga una vida mejor”, indicó la profesional que continúa en busca de alguien que pueda hacerse cargo del negro con mirada tierna que ya sufrió demasiado y ahora, tras ser rescatado de la calle, necesita una familia.
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