Pese a las gestiones, la Comuna de Oliveros no dio marcha atrás y en media de la pandemia decidió dejar sin habilitación a un centro residencial de adultos mayores que funciona hace casi 5 años en la localidad.
Los problemas administrativos y de papeles vienen desde entonces, pero la administración de Martín Calori decidió clausurar ahora el geriátrico y exponer la salud de los más de 20 ancianos que se encuentran allí aislados desde el mes de marzo a causa del coronavirus.
El pasado jueves, el lugar que perteneció al Hospital Fundación Oliveros y ahora está en manos de otros privados, recibió la intimación para desalojar el lugar con fecha tope al 30 de junio.
A pesar del pedido de los propietarios, empleados y también de los familiares de los abuelos, no se logró una prórroga de 15 días para reubicarse en una nueva propiedad en Puerto Gaboto, donde están terminando de delinear los permisos.
“Hablé cara a cara con el intendente, pero fue terminante y ni siquiera nos dieron unos días para acomodarnos”, indicó una familiar de una anciana que deberá dejar el lugar.
Los abuelos comenzaron a ser trasladados este domingo y lunes, a pesar del frío, las malas condiciones climáticos y la exposición con otras personas con las que no habían tenido contacto desde hace meses, por prevención.
El problema radica en que el asilo tiene cieloraso de madera en toda su extensión y por eso la provincia nunca lo habilitó. Sin embargo la comuna sí lo hizo. Antes de la pandemia el geriátrico ya estaba en planes de mudarse a otra propiedad, en Puerto Gaboto, pero la cuarentena dilató los tiempos.
Pasando en limpio, la Comuna no quiere arriesgarse a que haya un contagio y recaiga sobre ellos la culpa de haber habilitado un lugar que no podía estar abierto. Por eso, sin contemplaciones, lo desalojaron inmediatamente y en el medio quedaron los abuelos.
«Nosotros pedimos 15 días más para terminar de conseguir la habilitación en Gaboto y poder mudarnos allá con todo en regla. Si el 15 nos dan la habilitación, el 16 ya estamos allá», aseguraron desde el residencial.
“Es una locura dejar a los abuelos a la deriva por 15 o 30 días. Ellos están aislados desde hace cuatro meses. Muchas familias no tienen un lugar donde cuidarlos del coronavirus”, indicaron familiares.
Cada caso es especial. Algunos ancianos irán a casa de algún familiar, otros a algún geriátrico de la región que los acepte por un tiempo, rompiendo así el aislamiento de estos y otros abuelos, personas de alto riesgo en este contexto. Como si esto fuera poco, al menos cinco empleados quedarán en la calle.
Comentarios sobre post