Andino: lo contrataron para una mudanza pero era una usurpación y le quitaron su vehículo

Una familia contrató un flete de Andino para llevar pertenencias a un domicilio. Sin embargo, se trataba de un intento de usurpación ya que las personas no tenían donde vivir y el trabajador, ajeno a la situación, se quedó sin su vehículo que fue secuestrado por la policía. Busca recuperarlo.

Pablo tiene 38 años y 3 hijos, es conocido en Andino y la región como el Paya y el día lunes cerca de las 19 horas, recibió un mensaje solicitando su servicio de “payaflete”. Después de un intercambio de mensajes por Whatsapp, se dirigió a realizar su trabajo.

“Indiqué cómo deberían subir las cosas y estaba listo el primero de los dos viajes a realizar por quienes me habían contactado. Con el calor agobiante iniciamos el recorrido guiado hasta llegar a media cuadra de la vía, cerquita de los bomberos. Me dijeron “doblá acá”, “ahí donde está el portón abierto”, fueron las últimas indicaciones”, contó.

En el lugar señalado se comenzaron a bajar las pertenencias pero poco después, todo se complicó. “Llegó la patrulla, alertada por vecinos de que estaba sucediendo un intento de usurpación a una propiedad privada. A lo cual yo ya tenia la chata completamente vacía”.

“Eran tres patrulleros que agrandaban y magnificaban la escena de película. Viendo que cada vez era más compleja la situación, solicité el pago de mis servicios para poder retirarme ya que fui engañado del destino, expliqué la situación ante los oficiales, los contratantes también lo hicieron ante todos los presentes, incluidos los propietarios de la vivienda, los cuales al llegar me presenté y pedí disculpas por el mal entendido, poniéndome a disposición para lo que necesiten”, agregó.

Además explicó: “Quienes me contrataron también fueron demorados, dijeron que el Payaflete había realizado la mitad de la labor y que me dejaran retirarme a casa con mi herramienta de trabajo. Transcurrían los minutos y mi preocupación fundamental era volver a casa con mis hijxs. Entonces, en esta situación límite, conversé con quien me había contratado para convencerlo de volver a cargar sus pertenencias y que esta no era la manera de lograr nada”.

Ante esto, propuso regresar los elementos sin costo donde los dueños dispongan, a lo cual accedieron. Sin embargo manifestó: “Al terminar de cargar el payaflete, la directiva policial ordenó acercarnos a la comisaría con la chata cargada. El punto en cuestión es que evidentemente por actuar de buena fe, hoy y por tiempos indefinidos de la burocracia judicial, policial, no tengo la posibilidad de poder seguir trabajando”.

“Este es un relato que me parte al medio, yo solo fui a laburar y vuelvo sin mi herramienta de trabajo, no quiere decir que dejaré de luchar, de intentar que el mundo sea menos injusto, espero simplemente que mi descargo llegue a quien corresponda”, concluyó.

En medio de esa lucha, también se hizo presente en el Ministerio de la Acusación de San Lorenzo pero al estar de feria judicial, por el momento no obtuvo respuestas.

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