Un estudio realizado por científicos de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) demostró que los peces del tramo inferior del río Salado -desde San Justo hasta la desembocadura en Santa Fe- están contaminados por un cóctel de nueve biocidas.
Estos se encontraron con índices récord a nivel mundial para organismos acuáticos. En algunos casos, los valores hallados en los ejemplares de sábalos (Prochilodus lineatus) superan largamente el máximo de las ingestas diarias admisibles (IDA) para los humanos.
La alta concentración de plaguicidas hallados significa un riesgo potencial por tratarse de un pez comercial de agua dulce que se consume localmente y se exporta a otros países para consumo humano.
Los datos fueron develados por un estudio que llevaron adelante los científicos Rafael Lajmanovich, María Repetti, Ana Cuzziol Boccioni, Melina Michlig, Luisina Demonte, Andrés Attademo y Paola Peltzer. El mismo, llevan a disparar las alarmas de la sociedad en vistas de que la especie analizada se ubican entre las más consumidas por la población de la región e incluso se exporta con fines alimenticios humanos y veterinarios.
Entre otros índices más sorprendentes, el trabajo científico, publicado por la editorial académica Elsevier (Países Bajos), demostró que en el cien por ciento de los ejemplares muestreados se halló glifosato y ácido aminometilfosfónico (Ampa), el principal metabolito del herbicida glifosato.
La alta concentración de plaguicidas hallados significa un riesgo potencial por tratarse de un pez comercial de agua dulce que se consume localmente y se exporta a otros países para consumo humano.
El segundo herbicida que se halló con más frecuencia en los músculos y vísceras muestreados fue el glufosinato de amonio que se dio en una proporción del 50% de los análisis, valores que ubican a los peces del Salado en el récord mundial de concentraciones halladas en organismos de biota acuática.
Para consumo humano
El documento con las conclusiones de los científicos especifica que los ejemplares se compraron a pescadores locales ubicados en los mismos cinco sitios de muestreo donde se recolectaron los sedimentos y destaca que “estos peces estaban a la venta para el consumo humano”.
Todos los elementos obtenidos se analizaron en busca de residuos de plaguicidas siguiendo el método “Quechers”, para cuantificar 136 sustancias. En general, el tejido muscular de los peces mostró concentraciones muy altas (las máximas detectadas en el mundo), del insecticida cipermetrina, herbicidas polares (solubles en agua) glifosato y su producto de degradación, glufosinato de amonio y el fungicida piraclostrobina.
El trabajo especifica que “excepcionalmente, el sitio estudiado más austral del río Salado bajo mostró diferencias significativas en la concentración de residuos encontrados en el músculo, debido a las altas concentraciones de glifosato y glufosinato de amonio.
Los científicos advirtieron que “los resultados de este estudio resaltan la necesidad de un monitoreo periódico debido a la alta concentración de plaguicidas y su riesgo potencial en un pez comercial de agua dulce muy importante de Argentina, que se consume localmente y se exporta a otros países para consumo humano”.
Los científicos aclararon que este es el primer estudio que alerta sobre la presión combinada de la presencia de pesticidas aprobados para agricultura en sábalos, lo que indica una exposición regular a múltiples sustancias en concentraciones con valores medios altos y rangos superiores extremos.
“Inesperadamente, los resultados de nuestro estudio determinaron concentraciones máximas muy altas de herbicidas polares, principalmente glifosato y sus productos de degradación y glufosinato de amonio en tejido muscular de peces que los registrados para peces de agua dulce en otros estudios a nivel mundial”, destacaron.
Fuente: La Capital
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