El Día de la Primavera y del Estudiante es una fecha de celebración. Es el momento de los jóvenes, la puerta a disfrutar del aire libre los meses venideros y un ritual que se realizaba cada 21 de septiembre: ir al pic nic de la “Casa del Encuentro”.
Los que tienen más de 35 años recuerdan perfectamente esa caravana de autos, motos, bicicletas y caminantes que terminaba en el predio que los curas tenían entre Maciel y Oliveros, donde ahora es Solares del Carcarañá y Carcaráes.
Un festejo que se dio por décadas, donde jóvenes y familias se reunían, con entrada gratuita, en este impresionante lugar. Llegaban desde todas las localidades de la región, cada uno como podía.
Algunos desde Maciel y Oliveros caminando o en bicicleta, otros en colectivo hasta el cruce de Ruta 11 y el camino de ingreso, donde hacían dedo o transpiraban la caminata por el angosta ruta de cemento.
Fue hasta el año 2004 que la “Casa del Encuentro” operó como seminario y por tanto, se pudieron realizar estas jornadas de bienvenida de primavera, donde la diversión era pura y sana: cada uno llevaba algo para comer en el pic nic, alguien llevaba su radiograbador para musicalizar, otro la pelota, y así se armaba un día que terminaba siendo largo, hasta que el sol desaparecía (o hasta que los sacerdotes los echaban).
Luego de ese año se alquiló al Grupo Fantín y con el tiempo pasó a ser el Hotel de Campo de Carcaráes, que luego de la pandemia no volvió a abrir y el espacio quedó allí, detenido en el tiempo, aunque ya hay proyectos inmobiliarios para reformarlo definitivamente.
Es decir, ya no volverán esas primaveras donde se arrancaba muy temprano con la organización de cada grupo de amigos, donde no faltaba una guitarra o alguna botella de cerveza escondida. Quedará el recuerdo de esa vieja carcasa de colectivo donde se jugaba a las escondidas, los torneos improvisados de fútbol y vóley, o el paseo hasta el río entre los eucaliptus.
Fotos hay pocas, los celulares con cámaras no existían y las cámaras fotográficas eran a rollo, por lo que seguramente las imágenes de esos días que aún perduren estarán guardadas en algún viejo álbum o perdidas en algún cajón.
Fotos: Patricio Dobal – Punto Biz.
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