Alejandra Pizzolito participó el pasado sábado del triatlón internacional de La Paz. La prueba MTB consistió en 750 metros de natación, 20 kilómetros de ciclismo y 5 kilómetros de pedestrismo. La macielense llegó a la meta a pura emoción de la mano de su hijo Fausto.
A nivel personal, es su tercer triatlón y contó su experiencia a Info Más: “Yo hace más o menos un año y medio que empecé a entrenar, lo hago con un grupo de San Lorenzo que se llama Natural Run. El triatlón de La Paz, cumplió su 40 aniversario y fue una fiesta. Vienen corredores de todos lados, Brasil, Uruguay y de muchas provincias de Argentina”.
“Realmente es un deporte re lindo, son tres disciplinas y requiere mucho entrenamiento, pero realmente es hermoso. Los 5 kilómetros corriendo se hacen por las calles de la ciudad donde la gente sale a recibirte, están esperando esta fecha para recibir a todos los triatletas y es hermoso”, contó.
En cuanto a su experiencia, más allá del esfuerzo físico que conlleva y su entrenamiento de lunes a lunes, aseguró: “Yo lo digo con orgullo, a mi me cambió literalmente la vida. Te obliga a cambiar tu alimentación, a mí me motiva todo el tiempo a superarme personalmente, a decir, “yo puedo hacer esto”, entonces si puedo hacer esto, puedo hacer más. Trato de ir bajando los tiempos y de sumar más kilómetros. Es un cambio de vida rotundo en todos mis aspectos”.
Entre ellos detalló la disciplina, la motivación y la alimentación. “Es una satisfacción terrible, aparte que me encantan las tres disciplinas, me gusta correr, nadar y pedalear, así que es el condimento perfecto. Es duro porque es mucho entrenamiento y tengo mi laburo (veterinaria), mi hijo y todo, pero me hago mi tiempo para salir a correr, salgo a las seis de la mañana, voy a nadar al mediodía, pedaleo temprano, me hago el tiempo porque la verdad literalmente es un cambio de vida”, subrayó.
Este sábado, en su tercer triatlón, su familia estuvo una vez más a su lado acompañándola. A pocos metros para llegar la meta, su esposo Adrián le acercó a su hijo, Fausto, ya vestido para la ocasión. Así, madre e hijo lograron cruzar de la mano y a pura emoción la línea final.
A sus 39 años, para la macielense, el deporte y el triatlón, es “una forma de ver la vida de otra manera”. “Saber que con entrenamiento, disciplina y poniéndote objetivos adelante, sabes que lo vas a lograr y se puede y realmente te cambia la vida, la cabeza y es algo muy satisfactorio. Hay muy pocas mujeres en este deporte, en mi grupo somos tres, estaría bueno que se vayan sumando más a esto que está tan bueno”, concluyó.
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