El tradicional y casi centenario “Boliche de Pérez”, un emblema histórico de la región, volvió a recibir a los vecinos de la región y de otros lares que pasan por el lugar.
Luego de dos años de pandemia, el parador rural, que mezcla almacén con bar, volverá a servir sus tradicionales picadas con algo rico para tomar a quienes quieran sentarse en sus mesas.
“Y un día volvimos”, anunciaron a través de las redes sociales. El Boliche de Pérez es atendido por Héctor, descendiente directo de sus dueños originales, quienes adquirieron el lugar y lo pusieron en funcionamiento tal como se lo conoce hoy, allá por 1824. Es decir, tiene 98 años de vida y trayectoria, si bien el almacén data de 1860.
Según detallaron, los domingos permanecerá cerrado, pero los sábados y feriados se podrán acercar los clientes por bebidas y picadas.
Para quienes aún no lo conocen, está entre Monje y Barrancas, al este de la ruta 11, sobre el viejo Camino Real que está paralelo a la vía mencionada.
Allí no faltan las buenas charlas de amigos, corre el Fernet, algún vermouth y caña en otoño e invierno, sin olvidar la grapa. Las picadas con salame, queso, aceitunas, maní y pan son una marca registrada del lugar.
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