Gaboto es sinónimo de historia y va rumbo a sus 500 años. Pero poco se conoce de la población que habitó las tierras 2 mil años antes de la llegada de los españoles. Un grupo de expertos trabaja en zona de islas frente a la localidad realizando excavaciones arqueológicas para estudiar a esas poblaciones humanas y realizaron asombrosos hallazgos.
Ese estudio de la reconstrucción de las historias humanas del pasado se da a través del análisis de sus restos materiales, de las cosas que quedaron de ese pasado y se están pudiendo recuperar en el presente.
El Dr. Rodrigo Costa Angrizani, investigador del CONICET, dialogó con Info Más y dio información detallada al respecto sobre los trabajos que se llevan a cabo en las islas del Delta del Paraná. “Estamos realizando una investigación de los lugares donde se asentaron las poblaciones originarias indígenas que vivieron en la zona antes de la llegada de Sebastián Gaboto”, explicó.
Específicamente se encuentran excavando un sitio arqueológico donde se encuentran las evidencias materiales de la gente que vivió en el pasado en una isla llamada “El Pantanoso” y en un cerro que se llama “La Calavera”. Al respecto contó: “Consiste en un trabajo muy minucioso y muy delicado para recuperar las evidencias materiales, los restos de cerámica o fragmentos óseos de los animales que fueron cazados para alimentarse”.
En base a ello, reflejó que a partir del análisis de esos materiales se puede reconstruir parte de esas poblaciones que no están en los libros de historia. “No hay un registro escrito sobre el pasado de esa población. A través de la arqueología podemos ir reconstruyendo y sabiendo su historia, como construían sus casas, como habitaban en las islas, como era su tecnología, alimentación, subsistencia y reconstruir el pasado”, expresó.
“Este sitio fue un lugar donde se asentó una aldea indígena de poblaciones que nosotros en arqueología conocemos como entidad arqueológica “Goya Malabrigo” que serían los restos materiales que quedaron de los ancestros de la población Chaná Timbú que habitaban antes de la llegada de los españoles. Es uno de los tantos sitios que venimos investigando en el Delta del Paraná”, sostuvo.
Si bien resaltó que restan hacer estudios para saber cuantos años hace que ocuparon ese lugar, por otros estudios del área, se sabe que las poblaciones asociadas a esa antigüedad arqueológica, ocuparon ese espacio en las islas aproximadamente 2 mil años antes del presente, hasta el siglo XVII.
“Solían ocupar los lugares más elevados del paisaje para asentar sus casas y áreas de cultivo. Al excavar, pudimos ver que además de ocupar esos lugares elevados, realizaban acciones para sobreelevar esos lugares, consistía en la acumulación de sedimentos de las áreas de alrededor y las depositaban sobre los albardones. – Agregó-. Muchas veces también quemaban la tierra para hacerla más dura y tener mayor resistencia”.
LO HALLADO HASTA EL MOMENTO:
El investigador también brindó interesantes datos sobre los elementos que ya fueron encontrados. “Se refieren a restos materiales que tienen mucha vinculación con la vida doméstica. Por ahora gran cantidad de ollas de cerámica que aún poseen decoraciones muy típicas de esas poblaciones que tienen que ver con la fabricación de apéndices y asas con forma de animales, principalmente de loros pero también representan anfibios y mamíferos, como el caso del carpincho. Es una cerámica muy decorada”, remarcó Angrizani.
Además, se hallaron fragmentos de huesos de animales cazados y consumidos, mayormente carpinchos y restos de pescados. “Más allá de recuperar los materiales y restos faunísticos, hacemos recolección de la tierra que conforma ese sitio. A partir de los estudios microscópicos también podemos identificar los restos vegetales microscópicos que quedaron preservados en esos sedimentos y con eso, además de estudiar la parte de los animales, podemos estudiar los vegetales consumidos durante su vida en ese lugar”, indicó.
Por su parte, contó que en otro lugar de la región, encontraron que, además de consumir vegetales silvestres, también consumían y producían plantas cultivadas como la presencia de maíz, porotos y calabaza. “Eso nos lleva a interpretar que tenían una subsistencia vinculada al ambiente fluvial y constituía una dieta mixta que combinaba recursos vegetales y animales recolectados en la naturaleza como así también alimentos cultivados. Se complementaba con recursos silvestres”, manifestó.
PROFESIONALES:
Los trabajos se llevan adelante entre múltiples expertos de distintos puntos del país. Entre ellos se encuentra el Dr. Mariano Bonomo, quien es investigador de CONICET con lugar de trabajo en la División Arqueología del Museo de La Plata (FCNyM, UNLP).
En tanto, el Dr. Rodrigo Costa Angrizani, es investigador del CONICET con lugar de trabajo en el Laboratorio de Arqueología del Centro de Investigación Científica y Transferencia de Tecnología a la Producción (Diamante, Entre Rios).
Participan también la Dra. Victoria Coll Moritan, quien es investigadora de CONICET con lugar de trabajo en la UADER. Luciano Rey, del equipo técnico de arqueología y paleontología de la Subsecretaria de Gestión Cultural del Ministerio de Cultura de Santa Fe, además de becarios y estudiantes de la UNLP, UNR, UNC y UADER.
También cuentan con el apoyo del Parque del Fuerte, el cual les brinda apoyo logístico y alojamiento. Por último, colaboran Los Pumas e integrantes de Parques Nacionales e Islas de Santa Fe con el transporte en lancha. Todo un conjunto de personas que busca conocer y dejar plasmada la historia de los habitantes de la región de miles de años que aún no se encuentra en ningún libro.
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