La crisis institucional que atraviesa la Comuna de Maciel y el paro de trabajadores municipales queda evidenciado en las calles del pueblo y en los patios de los vecinos. Muchos optaron por guardar las bolsas de residuos en sus hogares, pero otros las sacaron igual, y los cestos y canastos para la basura lucen desbordados.
La última vez que el personal y el camión recolector brindaron su servicio en las calles fue el pasado viernes 19 de octubre, es decir, se cumplen este lunes 10 días desde la última recolección.
Así, no sólo la fisonomía habitual del pueblo cambió, sino que se generaron importantes focos infecciosos y calles llenas de residuos que los perros desparraman al romper las bolsas.
Tampoco hay riego en las calles de tierra y de ripio, por lo que el polvillo ya se volvió un incordio para todos los vecinos. Mientras tanto, no hay solución pronta en el horizonte.
El conflicto es político, es interno en la comisión, y se puede solucionar puertas adentro, pero el tesorero comunal decidió no pagar a los empleados a pesar de que el dinero está disponible, lo cuál sumó nafta al fuego y tomó por rehén de ese contrapunto a los vecinos que ni siquiera pueden contar con los servicios básicos.
Los empleados se mantendrán firmes en el paro hasta tanto no se les deposite en sus cuentas el dinero adeudado del reajuste de la cláusula gatillo. Tampoco lo harán los profesionales médicos y sociales, que mantienen un paro puesto que no percibieron sus haberes correspondientes al mes de septiembre.
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