Pasaron 123 días desde la fatídica madrugada en que un abuelo de 82 años fuera asesinado sin piedad en la localidad de Estación Díaz. Los vecinos de Lele no paran de marchar y a cuatro meses del episodio que marcó un antes y un después, buscan aún el camino que los lleve a la Justicia.
“Pistas tenemos, pero nosotros no tenemos pruebas, es el fiscal el que tiene que resolverlo. Nos conocemos todos, nosotros creemos que los asesinos están acá y que son más de uno. Alguien muy conocido de Lele hizo que les abra la puerta a las cuatro de la mañana”, dijo Ramón Simi Paviatto este miércoles en Radio 2 de Rosario, tratando de que sus voces lleguen cada vez más lejos.
Lelio cobraba la mínima y había ganado la quiniela, quizás ese fue uno de los motivos por el cuál lo fueron a buscar de madrugada. “Hay gente que está escondida, hay gente que está muy mal. No sabemos con quién vivimos al lado, todos se encierran de noche y solo andamos los ‘locos de las marchas'”, agregó.
Respecto a la investigación, todo sigue igual. Los vecinos se habían reunido con el fiscal Marcelo Nessier, pero desde entonces las novedades no llegan. “Averiguamos y sólo falta que el fiscal llame al Instituto Médico Legal de Rosario para pedir que les manden las pruebas”, sostuvo Ramón indignado por las demoras.
Esas pruebas pueden llegar a echar luz sobre el caso ya que se podría cotejar rastros de ADN que estarían en una zapatilla encontrada. Sólo una mujer continúa imputada por encubrimiento, aunque en libertad y viviendo en Bernardo de Irigoyen.
“Lele era el personaje del pueblo, le decían el curandero, te curaba el dolor de muela, le sacaba los parásitos a los chicos y no cobraba nada”. Así lo recuerdan sus vecinos que no cesan en su reclamo y no descansarán hasta obtener respuestas.
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