El Instituto Nacional del Agua emitió un informe donde alertan por una “alta la probabilidad de un agravamiento de la bajante en el río Paraná” que podría acarrear múltiples inconvenientes.
Con la tendencia prevista, todo el tramo del río Paraná en territorio argentino alcanzaría niveles de similar orden a los registrados en el año más bajo de la historia registrada: 1944.
“No se espera una mejora sensible en los próximos meses. El mes de julio será especialmente crítico, con afectación a todos los usos del recurso hídrico, especialmente la captación de agua fluvial para consumo urbano”, asegura el informe oficial.
Esta teoría es refrendada por Aguas Santafesinas, desde donde aseguraron que puede haber problemas el mes que viene en la captación de agua del río si se cumplen estos pronósticos. Si bien los hogares no se quedarán sin agua, podría haber baja presión o cortes programados.
En tanto, también este fenómeno afecta a la economía de toda la región. Desde la Liga Naval Argentina se hizo hincapié en el millonario (en dólares) nivel de pérdidas que un adecuado nivel de la vía hídrica origina en toda la cadena comercial del país.
Según los expertos si bien se estima no llegar al extremo de la paralización de un puerto, durante semanas o meses los buques zarpan de los muelles ubicados a la vera del Paraná con sus bodegas cargadas parcialmente.
Esta situación obliga al completado de las mismas, una vez que el buque arriba al Río de la Plata lo que no solo retrasa la operación naviera sino que insume costos adicionales de importancia. “Tengamos en cuenta que el año pasado la Cámara de Cereales de Rosario estimó las pérdidas solo por cuestiones hídricas, en 240 millones de dólares”, informan desde la sede central de la institución.
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