Una presentación realizada ante la justicia santafesina logró suspender el desarrollo de una jineteada prevista para el 19 y 20 de junio. La solicitud fue realizada por un grupo de abogados, encabezado por Domingo Rondina y Natalia Pallavicini y está basado en los derechos de los animales. Los mismos abogados habían logrado suspender un espectáculo similar que iba a hacerse en la localidad de Providencia. Tras la medida, los organizadores del evento en Esperanza organizan una marcha en protesta de la suspensión.
“Lo que hicimos, en el caso de Esperanza, fue solicitar al Municipio que no autorice la jineteada que ya se difundía en las redes sociales y que era organizada por particulares”, explicó en diálogo con Aira, la abogada Pallavicini, quien además precisó que se actuó de la misma manera ante una jineteada convocada en Providencia.
Sobre este caso, Pallavicini señaló que la actuación fue direccionada hacia el municipio esperancino “porque los eventos públicos tienen que tener habilitación municipal. Quienes organizan un espectáculo tienen que solicitar que se autorice”. Sobre el desarrollo del proceso judicial, la letrada comentó que “básicamente, intimamos. Presentamos una acción de índole administrativa, bajo apercibimiento de que si autorizaban el evento íbamos a iniciar acciones judiciales”. Al no obtener respuestas por parte del Ejecutivo de esa ciudad, se iniciaron dichas medidas.
Fue la jueza Virginia Ingaramo quien ordenó diligencias previas y giró oficios al municipio. A partir de esos hechos, la Municipalidad no autorizó la jineteada. “Al no contar con la habilitación, esta actividad no se puede hacer. Si lo hacen sería de índole clandestina”, advirtió Pallavicini. Sin embargo, desde el Municipio esperancino aclararon a AIRE que “no entró ningún pedido formal para el desarrollo del espectáculo”, pero sí ingresó la presentación de los abogados Rondina y Pallavicini.
“La justificación que tienen para el desarrollo de estas prácticas es la tradición y exponer el ser nacional, etc. No son argumentos válidos, ni éticos. Esas prácticas generan daños en el caballo. Sabemos que todos estamos dotados de conciencia y sintiensia. Hay pruebas irrefutables de la comunidad científica de que los animales tienen capacidad de experimentar emociones, dolor y sentimientos”, comentó la abogada.
Pallavicini explicó que la práctica de la jineteada “al caballo le genera sufrimiento”. Al animal se lo considera un animal de presa, de huida, ve a otras especies como depredadoras, incuso al humano. En ese sentido, advirtió que “el corcoveo que hace en la jineteada es para sacarse de encima al depredador, en este caso, al jinete”. “El caballo está irritado por el rebenque, las espuelas, y encima en un entorno de espectáculo público, con música y gente gritando. Esto lo asusta”, aseguró la profesional y agregó: “La jineteada es una actividad que, per sé, por el grado de violencia que se ejerce contra el animal y la forma mediante la cual se materializa dicha violencia, genera riesgos y perjuicios innecesarios”.
La abogada aclaró que “no nos oponemos a la tradición ni a los hábitos que se adquieren de manera consuetudinaria y se transmiten de generación en generación y tampoco negamos ni subestimamos la importancia que tiene la expresión del ser nacional y del sentir de un pueblo que legítimamente puede ser expresado en un sistema democrático”, pero a su vez advirtió que “repudiamos todo ello cuando implica avasallar derechos, leyes, principios del Derecho y presupuestos éticos reconocidos normativamente, pero que también forman parte de las demandas de la sociedad que apunta en constante evolución”.
“Las tradiciones nunca pueden ser invocadas para contradecir y/o desconocer derechos”, enfatizó Pallavicini. En el mismo sentido, precisó que “es indudable que en la actualidad estamos asistiendo a cambios en la manera de concebirnos como humanos y de pensar a los animales y la naturaleza. Estas nuevas formas de mirarnos y de mirar a los otros, sucede en parte por los aportes de las distintas disciplinas y en especial de las científicas, que ciertamente nos han obligado a replantearnos e interpelarnos como nos constituimos como humanos y el tratamiento que le damos al resto”.
Según Pallavicini, profesionales de la veterinaria explicaron que prácticas como las jineteadas “exponen al caballo a lesiones como fracturas, golpes en la cabeza y cuello, aleteo diafragmático sincrónico, miedo y stress, úlceras de piel y heridas sangrantes producto de las espuelas. Asimismo debe considerarse daños a nivel psicológico como stress traumático y traumas”.
Al respecto, la abogada hizo referencia a la causa judicial “Orangutana Sandra s/ recurso de casación s/ habeas corpus” (Expte. 68831/2014/CFC1), de la Cámara Federal de Casación Penal Sala II, donde se expresó que “a partir de una interpretación jurídica dinámica y no estática, menester es reconocerle al animal el carácter de sujeto de derechos, pues los sujetos no humanos (animales) son titulares de derechos, por lo que se impone su protección en el ámbito competencial correspondiente”.
Fuente: Aire de Santa Fe – Imagen ilustrativa
Comentarios sobre post