Continúa la investigación y las dudas en torno a lo que pasó con la niña con discapacidad y problemas de salud mental que murió mientras se encontraba alojada en el Hogar Santa Cecilia de Clarke.
La joven de 13 años murió el 1 de abril en circunstancias poco claras y por eso la Defensoría del Pueblo y la Defensoría de Niñas, Niños y Adolescentes solicitó que la Secretaría de Niñez “suspenda la derivación de nuevos alojamientos” en la institución, y piden ser informados sobre “alguna actuación administrativa interna” iniciada para esclarecer lo sucedido.
El 29 de abril, Lucente dispuso al exhumación y posterior autopsia, que se realizó el 3 de mayo, con resultado indefinido. Se pidieron exámenes complementarios, que todavía no han sido remitidos. El informe definitivo se realizará con todos los estudios ordenados, le dijo el fiscal a Aire de Santa Fe.
La reconstrucción deja en evidencia distintas falencias en la aplicación de ley provincial de infancia antes y después de la muerte de la adolescente, que estaba alojada en Carrizales, por una medida excepcional de protección, dado que no contaba con cuidados parentales, porque sus padres murieron y la hermana mayor no podía hacerse cargo de su atención, aunque siempre mantuvo el vínculo con ella.
Por un lado, desde 2017 existe un expediente en la Defensoría de Niñez sobre el hogar Santa Cecilia, debido a la denuncia de una trabajadora sobre episodios de violencia en esa institución, ubicada a unos 65 kilómetros de Rosario.
Además, los equipos interdisciplinarios del hospital de Niños Víctor J. Vilela alertaron en 2020 que en seis meses de alojamiento (durante 2019) en el Hogar Santa Cecilia, la nena se fracturó los brazos dos veces y se lesionó severamente al intentar escaparse.
Aún así, la adolescente fue derivada por Niñez nuevamente a ese hogar en mayo de 2020. Un mes antes, el mismo Hospital sugirió a la Dirección de Niñez un abordaje de la compleja situación de la adolescente. Pero desde el Estado mantuvieron como única opción el hogar.
El certificado de defunción consignó “muerte súbita”, y la niña fue enterrada cuatro días después. La hermana debió pedir un crédito para pagar el sepelio No sólo eso, la propia directora del hogar Santa Cecilia, Mariana López, en junio de 2020, afirmó que la inestabilidad de la nena era muy frecuente y que la institución no estaba preparada para brindarle la atención que requería, porque no contaba con médico permanente ni acompañantes adecuados.
Niñez persistió en la decisión de alojarla allí. Sobre lo ocurrido el viernes 1° de abril de este año, inmediatamente antes de la muerte de la niña, el informe de su acompañante personalizada relató que luego de almorzar notaron que ella había escondido algo en su ropa interior. Personal del hogar habría aplicado una maniobra de contención, poniendo a la nena boca abajo, con los brazos hacia atrás, poniéndole las rodillas en la espalda con fuerza para inmovilizarla. El objetivo era extraer la muela que la nena había escondido entre sus ropas.
El certificado de defunción consignó “muerte súbita”, y la niña fue enterrada cuatro días después. La hermana debió pedir un crédito para pagar el sepelio, ya que la opción ofrecida por el Estado era un servicio gratuito, municipal, que no habilitaba velatorio. Tampoco fueron las autoridades del Hogar, ni de la Secretaría de Niñez, quienes se comunicaron con la hermana de la chica fallecida, sino que se enteró a través del personal de la institución y de la provincia.
La joven manifestó en organismos públicos sus dudas sobre las causas de la muerte de su hermana menor, y así se inició la actuación de la Defensoría de Niñez, que siempre encontró reticencia en las autoridades del Ejecutivo. Al punto que el 16 de mayo, el organismo de control debió recordarle la obligación de prestar colaboración.
Fuente: Aire de Santa Fe
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