Ivan Mengo y Adrián Ribonetto son bomberos voluntarios de la localidad de Correa y en este 2 de junio fueron distinguidos por salvar la vida de dos personas en distintas situaciones.
Por un lado, Ivan recibió el pin dorado que se le entrega a las personas que arriesgan su vida para salvar otra. Su historia ocurrió el 3 de marzo de 2021 cuando el bombero y rescatista de la Brigada 7 de la provincia de Santa Fe, terminó salvando la vida de un joven que se ahogaba en el río, en Rosario.
Había arribado a la ciudad esa mañana con la ambulancia del SAMCo para retirar las vacunas COVID que debía entregar en su pueblo. Durante la espera, un joven pidió ayuda a gritos por una persona que se ahogaba en el río.
En ese momento, el bombero dialogó con Info Más y contó: “Me contacté con el hombre que se ahogaba dándole indicaciones, que no meta la cabeza abajo del agua, que haga planchita, que cierre la boca y veía que pasaba los segundos y se estaba complicando”.
No tenía ningún elemento de protección pero en ese momento, llegó un personal de prefectura y ambos se pusieron chalecos y se arrojaron al agua. “No conocía el lugar. Vi que el chico de prefectura no llegaba, me puse el chaleco, me tiré y pude alcanzarlo. Hice lo que tenia que hacer, para lo que me capacito, ya hace un buen tiempo que estamos en la brigada acuática. Gracias a Dios pude salvar a la persona”, expuso.
Por su parte, Adrián logró salvar la vida de una pequeña del pueblo, quien es su vecina. Fue la noche del 8 de junio del 2022, cerca de las 21.30 horas. En su caso, un hombre se acercó a pedir ayuda porque su pequeña se había ahogado y estaba mal.
Ante la extrema su situación, el bombero puso en práctica sus conocimientos y le realizó las maniobras correspondientes. La chiquita volvió a respirar y fue trasladada al SAMCo donde se recuperó. “Es una historia linda que hoy se puede contar y termina emocionando. Salvar una vida no es poca cosa”, resaltó el bombero de Correa.
En su caso, además de recibir el diploma por el “notable desempeño en cumplimiento con su deber”, también fue reconocido por sus 25 años al servicio de la comunidad. El suboficial principal ingresó al cuartel a los 12 años y aún hoy, 31 años después, continúa con su compromiso de ayudar al prójimo.
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